La intervención realizada en el Corral de Don Diego, en pleno casco histórico de Toledo, forma parte de un proyecto municipal de regeneración urbana destinado a recuperar espacios patrimoniales degradados y devolverles uso residencial y vecinal. Las cinco viviendas construidas están rodeadas de edificaciones con protección cultural y una trama urbana muy exigente en términos de integración arquitectónica.

El proyecto ha sido elaborado y dirigido por el arquitecto Benjamín Juan Santágueda, desde el estudio Arquitectos San Lorenzo 8, habiendo intervenido en numerosas rehabilitaciones de edificios del casco antiguo de Toledo con gran valor histórico y patrimonial. La ejecución de la obra ha corrido a cargo de la empresa Ardosan, también con amplia experiencia en este tipo de obras.

La rehabilitación del conjunto debía resolver dos condicionantes clave: proporcionar mayor luz natural y confort interior a las viviendas, y mantener un respeto absoluto por los criterios estéticos del casco histórico. Para alcanzarlo era imprescindible optar por una carpintería exterior de madera capaz de ofrecer altas prestaciones térmicas y acústicas, manteniendo a la vez un lenguaje formal coherente con la arquitectura tradicional toledana.

Para este proyecto se seleccionaron ventanas de madera Serie DJ68, fabricadas en pino laminado de alta estabilidad, un material idóneo para rehabilitación gracias a su capacidad para minimizar movimientos y adaptarse a perfilerías esbeltas en huecos tradicionales. El laminado ofrece una rigidez dimensional muy superior a la madera maciza, lo que permite fabricar piezas largas con escasa deformación y garantiza un comportamiento óptimo frente a la radiación solar y los cambios térmicos propios de la ciudad.

Uno de los elementos más singulares de la obra es el gran ventanal en L instalado en una de las viviendas, resuelto con carpintería DJ68 adaptada a un encuentro complejo entre planos de fachada. Esta apertura multiplica la entrada de luz natural y transforma el interior, un gesto poco habitual en rehabilitación de casco histórico, pero posible gracias a la estabilidad del pino laminado y al diseño técnico desarrollado por Carinbisa. El resultado combina modernidad interior con total discreción exterior, algo imprescindible en un entorno protegido.

Este proyecto demuestra que una carpintería de madera bien diseñada no solo respeta la estética tradicional, sino que también mejora de forma notable la calidad de vida interior. La luz, la eficiencia energética y la calidez del material se integran sin alterar la identidad del conjunto histórico. El Corral de Don Diego se convierte hoy en un ejemplo de cómo combinar lenguaje patrimonial y prestaciones contemporáneas en un entorno tan sensible como el casco histórico de Toledo.